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Felipe III, Rey de España
1503 - 1564

Fernando I rey de España - Grabado de Nicolas Clerck reproducido y restaurado por © Norbert Pousseur

Felipe III, por la gracia de Dios, Rey de España y de las Indias, etc.

Lo que dice Wikipedia :

Felipe III de España, llamado «el Piadoso» (Madrid, 14 de abril de 1578-Madrid, 31 de marzo de 1621), fue rey de España y de Portugala desde el 13 de septiembre de 1598 hasta su muerte.
Felipe III por Juan Pantoja de la Cruz, realizado en torno a 1601. Museo Kunsthistorisches Era hijo de Felipe II y Ana de Austria (1549-1580). El 18 de abril de 1599 contrajo matrimonio en la catedral de Santa María de Valencia con la archiduquesa Margarita de Austria-Estiria, hija del archiduque Carlos II de Estiria y María Ana de Baviera, y por tanto nieta del tío-abuelo paterno de Felipe, el emperador Fernando I. Bajo su reinado España alcanzó su máxima expansión territorial. ​

Más sobrer Wikipedia


Grabado de una colección de 88 grabados
de Nicolas de Clerck (activo entre 1614 y 1625)

(fondo personal)


Texto extraído de la Biographie universelle des hommes qui se sont fait un nom de F.X. Feller - 1860

FELIPE III, rey de España, hijo de Felipe II y Ana de Austria, nacido en Madrid en 1578, subió al trono en 1598, tras la muerte de su padre.
La guerra contra las Provincias Unidas seguía su curso. Felipe III capturó Ostende gracias al valor de Spínola, general de su ejército, en 1605, tras un asedio de 3 años en el que murieron más de 80.000 hombres.
Este éxito no se mantuvo, y en 1609 el monarca español se vio obligado a concluir una tregua de 12 años, por la que dejaba a las Provincias Unidas todo lo que poseían y les garantizaba la libertad de comercio en las Indias. La Casa de Nassau recuperó todas sus posesiones.

La expulsión de los moriscos ocupó entonces al gobierno. Se les acusaba de ser musulmanes de corazón, aunque por fuera fueran cristianos. Algunas pruebas de que estaban tramando un levantamiento general, y de que habían suplicado a París y Constantinopla una ayuda poderosa, aceleraron su caída. El 10 de enero de 1610 se promulgó un decreto por el que se ordenaba a estos desgraciados que abandonaran España en un plazo de 30 días, so pena de muerte. Como consecuencia de esta orden, más de 200.000 moriscos abandonaron España; pero esta pérdida habría tenido poca importancia para la civilización, el comercio y las artes, si las inmensas colonias de América, verdadera y única causa del debilitamiento de España, no hubieran seguido despoblando la madre patria.

Para fomentar la agricultura, Felipe promulgó los edictos más saludables que jamás hubieran emanado del trono. Concedió los honores de nobleza, con exención de ir a la guerra, a todos los españoles que se dedicaran a cultivar la tierra. Este sabio edicto no tuvo gran efecto en una nación que, por aquel entonces, sólo se enorgullecía de la desastrosa profesión de las armas.

Felipe murió poco después, en 1621, a la edad de 43 años. Este príncipe fue víctima de la etiqueta. Durante su estancia en el consejo, se quejó del vapor que salía de un brasero, lo que era tanto más molesto cuanto que se estaba recuperando de una grave enfermedad. Como el oficial encargado de mantener el fuego estaba ausente, nadie se atrevió a hacer su trabajo, y esta delicadeza mal entendida le costó la vida al monarca.
Felipe III, un príncipe débil, indolente e inaplicable, también tenía piedad, dulzura, humanidad, la moral más pura y una conciencia muy tímida.
Su ciega confianza en sus ministros, su extremo alejamiento de los negocios, a los que apenas dedicaba una hora al día, le causaron los más violentos remordimientos cuando murió. El buen príncipe comprendió entonces mejor que nunca que la verdadera piedad era el amor al deber, y que el deber de los reyes es el más formidable de todos.
Estaba a punto de entregarse a una especie de desesperación, cuando el jesuita Florentia, famoso predicador, le devolvió sentimientos más confiados y le ayudó a morir en la tranquilidad de la esperanza cristiana.

Existen varias Vidas de Felipe III; la del inglés Watson, 2ª edición, 1786, 2 vols. en-8, continuada por Gérôme Tomson, fue traducida al francés por L.-J.-A. Bonnet, París, 1809, 3 vols. en-8.

 

Traducción automática del francés mediante Deepl

 

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